A dos días para la llegada oficial de la Primavera llegó el Pleno Municipal del mes de marzo y coincidiendo con la eclosión de las flores, con los días previos a la Semana Santa y con todas sus estaciones, los primeros diez puntos del Orden del día se fueron desgranando rápidos, concisos y pragmáticos. No en vano eran ante todo cuestiones de índole administrativa, y ahí están publicados para quien quiera verlos.
Pocas anécdotas hubo que fueran dignas de reseña. En todo caso el comentario del señor Lumbreras (CHA) cuando se abstuvo en la votación para conceder un plus de 100 euros al mes para los Policías Municipales por la peligrosidad al portar armas, tal como habían reivindicado largamente.
En este sentido el Concejal de Organización, Javier Sagarra, argumentó que ésa era una justa reivindicación de hace muchos años y que la voluntad de la Corporación Municipal y el Equipo de Gobierno es dar solución a las peticiones de los ciudadanos y los trabajadores.
No obstante y volviendo a los puntos plenarios deberíamos retomar la historia en el punto undécimo. Dicen que el once es un número como para temerlo. El once de septiembre de 2001 cayeron las Torres Gemelas, un once de marzo se produjo el sangriento atentado de Madrid y otro once de marzo el tsunami maldito arrambló con Fukushima en Japón. El caso es que el punto número once comenzó la traca esperada y como adelanto de las Fallas de San José, el Consistorio caspolino organizó su particular “mascletá”
De los antecedentes del conflicto de la Residencia de Mayores se han vertido ríos de tinta y terabytes en medios digitales y redes sociales, por no hablar de las conspiraciones de taberna. Pero aún así haremos un resumen.
Tras casi 30 años de obras y remiendos y aún sin estar en funcionamiento el edificio, el Tripartito CPC-PP-PAR consiguió solucionar los problemas legales y técnicos y sacó adelante la licitación de la Residencia.
A la oferta pública concurrieron varias candidatas, quedando tres en la fase final: la Fundación Rey Ardid (vinculada al PSOE), la Fundación para el Desarrollo Social (vinculada al PAR) y Vitalia (sin vínculos políticos, que sepamos).
Todas ellas hicieron su propuesta económica y la Mesa de Contratación, compuesta por Concejales del Equipo de Gobierno y de la Oposición valoraron la que parecía mejor oferta: la de la Fundación para el Desarrollo Social. A la postre empresa adjudicataria con la que el Ayuntamiento firmó el contrato para gestionar los servicios de Residencia de mayores más Centro de Día.
Sin embargo y tras 10 largos meses, dicha Fundación para el Desarrollo Social no ha cumplido su parte del contrato, ni acometiendo las obras de mejora que debía, ni abriéndola al público en el plazo de tiempo comprometido.
Además, los acontecimientos han coincidido con el recurso de reposición planteado por la tercera empresa concurrente: Vitalia, que argumentaba que ella calculó los precios con IVA, mientras que las otras dos competidoras (Fundación Rey Ardid y Fundación para el Desarrollo Social) lo hacían sin IVA.
Por todo ello y teniendo en cuenta este sutil pero esclarecedor detalle su oferta era mejor que la de las dos últimas, y la colocaría en primera posición en el concurso para la gestión residencial.
Por esta razón, y tal como explicaría en el Pleno por activa y por pasiva Javier Sagarra, portavoz de CPC, lo que ha hecho el Ayuntamiento ha sido encargar los correspondientes informes jurídicos para arrojar algo de luz sobre el asunto y esclarecer los hechos.
La finalidad, no ha sido otra, pues, que la de cumplir y hacer cumplir la Ley, materializada en el contrato de gestión residencial entre Ayuntamiento y empresa adjudicataria. Para que la Residencia se abra de una vez y se pueda dar por fin un servicio largamente demandado por los caspolinos. De ahí que se llevase a Pleno ese undécimo punto.
Carlos Alastuey, portavoz del grupo PAR pidió la retirada del punto del Orden del Pleno, alegando que el recurso presentado por Vitalia estaba presentado fuera de plazo, cosa que se demostró incierta partiendo de la base objetiva de los datos administrativos.
Se pasó a la votación y el resultado fue el siguiente: CHA y PSOE: abstención (6 votos). PAR: sí a favor de la retirada del punto del orden del día (2 votos). PP y CPC: no (4 votos, porque estaba ausente la Edil Ana Cabrero) Por tanto se rechazaba la propuesta del PAR de retirar el punto del orden del día.
Entrados en debate el portavoz del grupo CPC, Javier Sagarra, recordó sucintamente los hechos y asumió que en la Mesa de Contratación estuvieron todos, gobierno y oposición, sin que nadie les indicase la verdad del extremo reivindicado por Vitalia.
Y asumió el fallo que ahí tuvo la totalidad de grupos políticos municipales. No obstante subrayó que ésa no era una batalla política entre grupos, sino una batalla administrativa entre Ayuntamiento y la empresa adjudicataria de un servicio municipal y que su misión como político era en todo caso cumplir la Ley y hacerla cumplir, de modo que la adjudicataria cumpliera efectivamente el servicio comprometido en el contrato que firmó con el Ayuntamiento y que hasta la fecha no había cumplido, en perjuicio de los ciudadanos.
Lo cierto es que en 10 meses largos desde la adjudicación la Residencia no se había abierto. De hecho la comida social que se ofreció recientemente no era propiamente abrir ni Residencia ni Centro de Día.
“No paralizamos servicios ciudadanos. Damos solución al problema porque el servicio no se había prestado. Y queremos que haya igualdad y transparencia de forma que gane el concurso para la gestión la empresa que haga la mejor oferta. (…) Los ciudadanos de Caspe se merecen respeto y el respeto es que se cumpla el contrato”, sentenció.
Sea como fuere la Fundación Rey Ardid está vinculada al PSOE y la Fundación para el Desarrollo Social al PAR. Vitalia, que a priori es la mejor oferta, que sepamos no está vinculada a ningún partido y lo que sí está claro es que ni CPC ni PP están vinculados a ninguna de las tres opciones, así que queda claro que el criterio para la contratación no es ni ha sido político, sino que ha buscado la mejor relación oferta de servicios y precio en beneficio de Caspe y los futuros usuarios. Y punto.
Finalmente se pasó a votar el punto en sí, con abstención nuevamente de CHA y PSOE, voto en contra de PAR y voto a favor de CPC y PP con lo cual se aprobó por mayoría.
Superado este punto se pasó a los turnos de urgencia. Fueron cuatro.
En el primero se dio cuenta de la renuncia de Ana Cabrero a su acta de Concejal por motivos estrictamente personales y laborales,y se aprobó.
El segundo tuvo que ver con la aprobación definitiva del PGOU de Caspe, citándose que la Comisión Provincial de Urbanismo pide que se saquen determinadas partes a exposición pública.
El tercero versó sobre la incoación de procedimiento de resolución de contrato con la Fundación para el Desarrollo Social en relación a la prestación de sus servicios en la Residencia de Mayores, una vez más con abstenciones de PSOE y CHA, voto en contra de PAR y votos a favor de CPC y PP, con lo cual se incoará (iniciará) el expediente para resolver el contrato entre Ayuntamiento y Fundación para el Desarrollo Social.
Y finalmente, el cuarto era una moción presentada por PSOE-CHA en torno a los desahucios y su repercusión social.
Por fin el largo Pleno ordinario dio lugar a la sesión de ruegos y preguntas, sin asuntos de mayor interés, y con esto concluyó la sesión, superado ampliamente el ecuador de la medianoche.
Sabemos que el debate está servido. Habrá quienes digan que parte del Equipo de Gobierno quiere retrasar la apertura de la Residencia. Habrá quienes no opinen, y por fin estarán los que piensen que hay que hacer las cosas y sobre todo que hay que hacerlas bien.
No obstante, si hubiera que resumir esa noche de Pleno en un titular, para nosotros sería éste, pronunciado por Javier Sagarra: “Se gobierna para los ciudadanos. Y estamos para apoyar a los ciudadanos en la reivindicación de los derechos que legítimamente les corresponden”.
Y es que si la empresa adjudicataria no cumple ni da el servicio contratado, otra tendrá que hacerlo. Y deberá hacerlo bien porque no nos merecemos menos.